La noche se enamoró de mí. que si. Se enamoró de mí. y yo me fui caminando para no verla.
Llegué cansado a mi casa con la intención de no verla le tuve miedo a su cabellera negra.
Tembloroso me acosté para no verla. y pasaron veinte lunas y una mañana cualquiera vino la estrella del alba con una esquela.
Leí la carta de un soplo el mensaje de la noche, noche morena. Eran trece las palabras: “Tengo las piernas abiertas de par en par esperando temblorosa que me poseas”
No pude más, nada dije y cuando murió la tarde… ¡fui el amante de la noche después de verla!.