March 11, 2014 Venta de Poesía 0

Alejaos de mí, duendes inquisidores
¿Por qué me interrogáis si yo no quiero
responder vuestro acoso?

Ah, caballero gris, ese, mi otro que fui
cuando la peste asolaba Francia
¿Qué pretendes si vivo
en el veintiuno de los siglos contados
después que a Cristo lo crucificaron?

Eres apenas, un recuerdo genético,
uno de tantos duendes,
fantasmas que me pueblan,
un maniático loco
que me obliga a hacer versos:
neurótica visión del Universo
esta que llevo dentro,
el conflicto letal que no resuelvo,
la fiebre del poeta,
una cicuta que no termina nunca:
¡Amargos de silencio!